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martes, 27 de enero de 2009

EL GRANDIOSO NORTE DE JUANY ROJAS CASTRO

JUANY ROJAS CASTRO

Al sur del rio Loa
que te alcanza en suave beso
entre los veintitres y los veintiseis grados
latitud sur
duermes amor
el sueño de ancestrales dioses

Volcanico rugido ese primer respiro:
moldeo tu igneo corazon
tu caminar tornasolado de minerales
y esa piel
nutrida en extremos de calor y frio

Sismico tu llanto de inmenso niño huerfano
entre dos madres majestuosas
inmoviles
cordilleranamente frias

Despoblado de Atacama te bautizaron los españoles
mas el pueblo indigena ya impregnaba
tus rasgos de mistica belleza

Al sur del rio Loa
hasta rozar el Copiapo
arropado en arenas salares y piedras
te extiendes
en milenaria oracion

CENTINELAS DE LA LUZ

Esta fria noche
esas torres de alumbrado
lejanas y tristemente enfiladas
se han allegado a mi memoria
Veo su altura oxidada en camanchacas
la devocion de sus cables hilando luz

El recuerdo estila en las ventanas
y presiento una amarilla soledad
que all{a en el norte
escandila el patio de mi primera casa

Me sumerjo en la calladura de mi tierra
y su aridez
iluminada por ancianos vigias
en muda religiosidad

Desdoblada en luces de imposibles reflejos
viajo en carreteras perdidas
busco fantasmas que no oscurecen

PINO OBREGON

Solo ahora
cuando todo lo carcome el filoso costado de la muerte
entro sigilosa a una de esas grandes casas
que orgullosas lucieron ventanas y puertas
de noble madera importada
Solo ahora cuando todo se descascara
recorro las vetas de una estirpe
que con mano fiera marco la diferencia
entre los patios de calaminas
y los verdes jardines
de sus fachadas

Cruzo al otro lado
donde mis pequeños zapatos de charol
-comprados por mi padre en la Pulperia-
jamas pisaron
y no me conmuevo
nada tibio me llama
solo gotean fantasmas de sus paredes
solo escurre la misma suerte
que nos agusana
sin distincion de clases

JUANY ROJAS CASTRO

LA BELLA SENCILLEZ DE CARMEN ABALOS...

CARMEN ABALOS
1919 - 2003

CIUDAD

Pasa una máscara:
tu cara.
Se levanta una mano:
tu mano.
En el siniestro lugar
en donde lloran niños
-hambre-
en el lugar siniestro
de los hombres
-fantasmas-
y palabras que no pueden nacer.
La garganta es un tránsito
el espejo es un tránsito
la mano levanta los adioses
y el cuello del abrigo
para no ver al lado
a los lados
atrás.
Mirar hacia adelante
para escapar a los signos de siempre:
ojos redondos del hambre
manos azules del frío.
Y máscaras.

EXPLICACION

Me estoy volviendo silenciosa
como esos ñlagartos que caminan
deslizándose sobre el tiempo de los patios.
Ando a las vueltas de la casa
con el trabajo de ir mirando las cosas familiares
que esta tarde angustiada me regresan
para que tú
mi niña
y él
vayan conociendo el mundo
en que nos arrodillamos melancólicos
mientras escuchábamos una música
que a ustedes no les dice nada
pero a nosotros nos ponía
pequeñas alas grises en los gestos.

Comienzo a envejecer
me digo
ya que me nace esta manera
de mirar
de oler
y de palpar.
La mano se hace terciopelo
se posa leve sobre lo que yo amo
y su caricia se extiende a lo que no amo
hasta encontrar la forma para amarlo.

Es tan corto
repito
el tiempo de estar de ojos abiertos
sobre esta tierra que da vueltas
gira
las veinticuatro horas
los inviernos
y demas estaciones que sabemos.

Media un mundo
un abismo
entre nuestros mundos abisales.
Cierra los ojos.
Duerme...
Yo seguire velando
niña mia
al filo de las viejas cosas
como esos recuerdos que traia para ti
en el principio de esta larga explicacion.

EL AMOR SE ME SUBE...

Como el vino
el amor se me sube a la cabeza
y me produce sudores nocturnos
mientras el reloj las dos las tres
las cinco
como si cada hora fuera un aniversario
y uno cantara arriba de las mesas
o dijera el monologo de siempre
para los parroquianos que no entienden nada
o no les interesa
porque las ciudades melancolicas
procrean muchos seres como yo.
Pero el amor se me sube a la cabeza
y regreso en zig-zag sobre mis pasos.

CARMEN ABALOS

domingo, 18 de enero de 2009

PATRICIA TEJEDA, LA HIJA DEL MAR . . .

PATRICIA TEJEDA
(1932)

SOBRE ESA ARENA

Que nocturna vigencia, qué clausura,
jasmín del mar por aires resbalado
dilapida el destello que ha sellado
la luz de dentro por la luz futura?

Qué es alba, que no es, que es limadura
de noches claras sobre el pez plateado,
no ya luna, si, viento deshelado
sobre remos de sal por agua obscura.

Allí la playa donde el agua suena
por inventar sonidos bajo llave
abriendo nuevas luces en la mano.

¡Ah, si de noche andar sobre esa arena,
el pie descalzo por lo frío y suave
habitando las olas del verano!


CLARA ESTACION

Entramos al otoño por un sueño
de lentos, altos barcos pensativos
hacia un bosque de mástiles cautivos
del agua azul al soplo ribereño.

Entramos por el alto y solo leño
que se mira en dos cielos sucesivos
sin saber, por dos causas, los motivos
que el mar sea cielo o solo sueño.


Es la clara estación, vela dormida,
nido de agua, rescoldo frío y lento
donde arde la ola viva pero presa.

Y fue este doble cielo sin salida
donde el mar hundió al mar al no hallar viento
y el mástil fue ya un cirio y sin paveza.

OLA

Y verde, azul y clara y limpia y pura
y alta y nieve y lejos, verde y mía,
lanza de espuma, espada de alegría
contra el pétalo intacto, rosa dura.

y grata y luz, sonora arquitectura
y escala y vidrio y ala sobre el día,
ola de pronto transparente y fría
derribada en su propia arboladura,

y pez metal del viento luminoso
y otra vez, ayer, remonta, suma,
salpicada gaviota, agua ahora,

y otra vez y otra vez y nuevo y gozo
y embestida sin término de espuma;
arpón del mar para cazar la aurora.

PATRICIA TEJEDA