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viernes, 22 de mayo de 2009

MARIA ELVIRA PIWONKA EN LA SENDA CELESTE...

MARIA ELVIRA PIWONKA EN LA SENDA CELESTE DE LA ETERNIDAD...



Hace poco me avisaron del fallecimiento de la poeta María Elvira Piwonka. Las partidas siempre causan tristeza, más aún cuando uno ha conocido a la poeta. En mis manos, su último libro, publicado en 1957, libro muy comentado por comentaristas y críticos de la época. Poesía de claras, bellas y originales imágenes...
Entre sus amigos se contaban grandes poetas, entre ellos, José Miguel Vicuña, Carlos René Correa,
Eliana Navarro, Stella Diáz Varin, y tantos otros que no es posible enumerar. Aparte de ser excelente como poeta, sus amigos (conocí a varios) elogiaban la hermosura de esta poeta. En el retrato pintado por Jorge Délano se puede apreciar la belleza doble de María Elvira Piwonka. Dulce, frágil, esbelta, una mujer asombrosamente preciosa.
La poesía es una fotografía de un sentir profundo más allá de sí misma. Aunque aferrada a la métrica, sus versos brotan como las aguas de un venero.

He aquí algunos de sus versos:


“Saberme un eco rodando hacia el fondo de tu clamor...”

Y este otro: “soy la razón del árbol, vibrante y dolorido,
llorando en verdes lágrimas su otoño no vivido...”

Uno más: “...esparcir mis luciérnagas en tu rastro apresurado...”

Pequeñas muestras de una excelente poesía.


Así escribía nuestra poeta, nunca dejó de hacerlo, pero ¿por qué no siguió publicando? Sabemos que hasta el último momento persistía en su labor...Y ahora la pregunta: ¿Y esa inmensa obra inédita dónde irá a quedar? ¿Pasará lo mismo de siempre? Al final: la obra desaparece. Recordamos
lo dicho por Blest Gana a comienzos de 1900: “Tanto verso de amor llorado en vano”...Es el destino
de las obras inéditas. Esto me hace recordar al novelista Juan Donoso Machuca, autor de un libro estupendo compuesto de varias novelas: “Las Leyendas del Hombre”. Las editoriales de aquel tiempo (y de ahora) no lo tomaron en cuenta, pues era “independiente”, bonachón, buen amigo, con
un enorme defecto: era pobre...Aún recuerdo los originales de su última novela ·El Enviado de la Niebla”. La nadaba trayendo y hasta sentado en un microbíus corregía, una y otra vez, corregía...
Muríó -enfermo y solitario- en la más espantosa miseria...
No es el caso de María Elvira Piwonka. No obstante, sus hermosos poemas correrán la misma suerte, como los del que ahora escribe estas líneas.. No hay nada qué hacer....

Terminamos con estos versos:
“Nunca supe si la luna es un barco de cristal
naufragando entre volutas de rocío sideral...”
Y: “Nunca supe a dónde rueda el trueno en la tempestad
ni por qué junto a la piedra se cobija el manantial...”


Carlos Ordenes Pincheira

lunes, 11 de mayo de 2009

DOSPALABRAS A LA POETA XIMENA ADRIASOLA

Carlos Ordenes Pincheira dijo

DOS PALABRAS A LA POETA XIMENA ADRIASOLA

Querida poeta y amiga, cómo está tu salud? ¿Dónde te encuentras? ¿Qué estás haciendo en este tiempo? No sé habrás visitado la SECH, está
muy distinta, hay una atmósfera rarísima y unos cuantos desconocidos... Hace
mucho que no voy por razones de indole física.
No tengo odios a quienes manejan ahora la SECH, no hay nada personal,
lo que no me agrada es las cosas que han hecho y otras que no han hecho.Me llama la atención que todos los premiados en consejo del libro (o como se llame) están muy apegados y muy arrastrados al presidente y a la ex agradable Cecilia... Y no son pocos...

Por mi parte, querida amiga, no estoy con salud muy buena, tú ya sabes que no puede ser de otra manera, al contrario, va empeorando cada día...

Igual estoy trabajando en una antología, no por temas, voy de a poco... También estoy en la publicación de mi último libro de poemas escrito a comienzos de 2006, justo al terminar es cuando decidí no escribir más, y lo he cumplido, aunque, claro,dan ganas de seguir escribiendo y surgen nuevas ideas y nuevos caminos poéticos que me llevarían a una poesía rupturista, distinta la que ya conoces y has comentado muy bien.

Así las cosas, me pregunté muchas veces y "para qué", si, al fin y al cabo,
jamás seré reconocido, se haga lo que haga. Y como nunca he lamido traseros y acariciado espaldas de gente "importante", de los infaltables pitutos, esa raza odiosa que se debería extinguir como se extinguen las
ratas...

Tampoco ando con un bombo diciendo aquí estoy, soy amigo de los dioses
directivos y quiero que ahora me premien... Jajaja´Y los mediocres siguen brotando como cizaña o cicuta... ¿Y sabes por qué tanto abundan?
Porque estos jetones no nacen como todos, no, a estos los siembran en grandes almácigos y esa es la razón de que haya tantos lametalones hoy...

Te doy el título de mi ´último libro" "Poemas para un lobo en fuga..."

Tengo 12 o 15 libros inéditos. Todos ellos irán a reciclaje cuando yo me vaya, eso sin duda, lo que no debe extrañar, pues eso ocurre con los escritos inéditos de los poetas... Somos de una raza maldita. Cada cual tiene lo suyo y no le interesa lo de otro...

En cambio, yo siempre quise publicar la obra de muchos autores, mejor dicho, autoras. y algo de satisfacción me trajo eso, pues unas pocas poetas me agradecieron con mucha alegría... Otras dijeron que con mis hechos las había impulsado de nuevo a escribir por cuanto ya se sentían absolutamente fuera de lugar y lo de la poesía era algo así como un sueño lindo y nada más... La mayoría, en cambio, no me dijo ni la hora...
Así es la gente, poetas o no.

Tú sabes, yo soy feliz si encuentro un buen poema escrito por una mujer muerta hace uno o dos siglos...Igual la siento con conmigo en la noche, como si estuviera de cuerpo presente, a mi lado, observando lo que estoy
tratando de hacer con su poesía...

Favor, contéstame. Ah, la antología "el libro de la lluvia" que te dejé en secretaría, supe que te lo habían robado. No me extraña, el día del lanzamiento, entre tantas voces y comelotodos, se me quedó una caja con 30 o 40 ejemplares...Nadie supo nada...

Así son algunos poetutos...

Hasta siempre, amiga. No hagas como otros señores a los cuales les escribo y jamás responden. Sé tú la excepción.

Carlos Ordenes pincheira.