Hace ya varios años llegó a mis manos un libro promesa, un libro que se iba a publicar y no se hizo.
Y qué pena saber que esta joven poeta se esté perdiendo... Yo la he buscado en diferentes partes con la esperanza de alentarla para que de una vez cumpla el sueño de un libro publicado. Y de varios más...
Su poesía es transparente, no exenta de imagenes, hay en ella metáforas bellísimas, en un lenguaje de gran poeta a futuro.
Dice en Ciudad de piedra:
Muerdes el humo en la ciudad de piedra,
danzas por torrentes de guijarros
como un derrotado que mira su lodo
despojado de su alma.
Alaridos fugaces derriban tu paso
en un vaivén de laberintos
que tropiezan con tu imagen
de trapecista anhelando su orilla.
Desmigaja tu faz,
tu nombre se vuelve nostalgia.
Te sacudes
como un ciego palpitando la luz.
Diríamos que escribe con una serenidad admirable, y las palabras entrelazadas con alhajas
van brotando como las aguas de un manantial:
VIAJERO DE MIS MANOS
Gentil aldeano de mis quejas,
deja que tu paso moje mis pies
y reposa en mis aguas,
para que tus ojos no se apaguen.
Eterno guardián de la sonrisa,
me dejo llevar por tu voz,
tu voz, prisionera de paisajes,
tu voz, cancina de estaciones.
La vida se ha fugado,
por las orillas de tu sien
y he prolongado tu brisa
junto a los hilos del mar.
Una vez más digo que se está perdiendo una excelente poeta. Los engranajes de la sociedad,
la cesantía, los niños, cierto desamparo... ¿Dónde estará...?
MARIA EUGENIA MORGADO
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