GLADYS GONZÁLEZ SOLÍS
Poesía de tono suave, muy claro, verbos que van brotando con espontaneidad y dulzura,
diríamos, porque no se advierte prisa en este caminar tan propio de la autora. Es una
caminar de transparencias y celeste candil...
Pequeñas cosas
Porque uno
puede morir
por las pequeñas cosas
como por el gracioso baile
de las esporas
que se arrastran
por la tela
de mi vestido
por el silencioso crujir
de la pintura hinchada
reventando en un día de lluvia
esparciendo un polvillo rosa
sobre mi nuca
ME DICE
Me dice que escribía en boletas
y papelitos de cigarros
mientras ella
se iba al baño
a mirarlo por la ventana
y papelitos de cigarros
mientras ella
se iba al baño
a mirarlo por la ventana
Me dice que ella es su muerte
y que no quiere morir todavía
porque la muerte
es mujer fatal
y que no quiere morir todavía
porque la muerte
es mujer fatal
Me dice que ella es su crisantemo
y le recita haikus
en el cerro San Cristóbal
mientras los animales
se vuelven histéricos con la lluvia
y le recita haikus
en el cerro San Cristóbal
mientras los animales
se vuelven histéricos con la lluvia
Él recoge las mejores cartas
y las guarda en su libro de budismo
recitando mal a Girondo
mientras ella
se aleja
con sus senos de magnolia
volando
sobre la ciudad
y las guarda en su libro de budismo
recitando mal a Girondo
mientras ella
se aleja
con sus senos de magnolia
volando
sobre la ciudad
ESCARCHA
paseo por la cocina
con una taza de té
de amapola
dibujando ciudades
con la escarcha
de mis huesos
escucho
motores de los aviones
que practican
horas de vuelo
sobre el techo
de mi pequeña casa
el sonido
de la lluvia
aporreando
los cardos
de la calle
destrozando
la belleza
de lo primitivo.
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