MARUJA TORRES
1930 - 2003
A UNA NIÑA QUE MURIO EN EL MAR
Eras entonces un tierno rumor de la vida,
dos pupilas ensayando la primera mirada
Eras el Ser y la Esperanza
en el puro umbral de tu destino.
Era entonces cuando jugaban en el agua
sin que todavía te hirieran sus designios mortales.
Pero ya estaba escrito
y la primera sal de tu muerte aguardaba...
¡Cuántas mareas esperaban
la triste ola de tu sangre!
Peo, ¿cómo olvidar tu piel de antiguas mariposas?
¿Cómo olvidar tu infancia y tu canción sencilla?
¿En qué ventana, en qué camino,
en qué ingenuo rincón provinciano
quedó aquel sueño tuyo inacabado?
Yo, que aspiré el ciego aire de tu muerte,
¡aún no lo he sabido!
Yo que busqué en la noche
entre la amarga sombra tu última huella,
¡aún no lo comprendo!
Y ni siquiera he tocado tu minuto postrero.
Aquel instante de tu mirar enloquecido;
aquel instante del viento nocturno
pegado a tus cabellos en salobre despedida.
No, no lo he comprendido:
y allá estás ahora con tu aliento de sal
entre los labios,
y un puñado de algas en las sienes heridas.
Acaso porque de niña jugabas con el agua
y entonces no sabías
que desde el agua,
ya te miraban los implacables ojos
del Destino.
ESTA NOCHE
Esta noche la lluvia toca por vez primera
un rostro tan amado y perdido en la sombra.
No, no es posible que la lluvia
deshaga esa sonrisa.
No es posible que destruya ese ámbito leve
que contiene tu nombre.
¿Dónde está el bosque encendido de bellotas?
¿Dónde tu mano
y el corazón batiendo su apasionado tambor?
Hay un silencio agudo
que destroza mi alma hasta morir.
Un salvaje sonido de sales penetrando en mis huesos
y este torrente atroz del "nunca más", ahora,
¡sin cansancio, sin tiempo, sin ti!
¡nombrándote siempre!
Y mis palabras resuenan en la lluvia
con esta transparencia terrible,
en esta ausencia.
Esta es la muerte. Lo sé.
Pero la lluvia dice amor inútilmente,
porque el amor ya no es aquel sonido tierno
como un pórtico que se abre
hacia la primavera.
Es esta voz que dice amor
mientras la lluvia inventa pasos
y formas y vuelos increíbles.
Caen los nombres frágiles del amor
como flechas perdidas.Todos los nombres del amor
y aquellas flores tan azules,
aquel traje amarillo de un verano,
la piel pegada a los dedos
como castañas recién nacidas en la lumbre.
Ahora sólo queda aquel sonido tuyo
que va disperso por el mundo,
el cual sigo ciegamente.
Esos tus pasos perdidos en las calles,
en el viento, en la arena
de alguna playa que nunva vi contigo
pero que supo de mi nombre.
Porque tú siempre me nombraste,
tú siempre me guardabas como un silencio
que sólo a ti pertenecía.
Tú atesoraste mi nombre
para decirlo a veces cerca del agua
cuando nadie sabía que me nombrabas...
cuando nadie sabe nada...
porque nadie sabe nada de nada.
Y porque el mundo es algo muy extraño,
por eso, ahora, en esta esta lluvia, te digo que la muerte
no es sino el hilo perdido de la vida,
el hilo de tus días y de tus noches,
y de tu sangre que latió al unísono con mi sangre;
el hilo que guardo aquí en mi mano
y que no soltaré nunca,
porque este amor es una historia demasiado bella
para ser olvidada.
MARUJA TORRES
1 comentario:
Pero qué gran poeta se nos fue y sin
embargo nadie dijo nada.
Maruja Torres escribió poemas de impecable profundiodad y belleza.
Es una poeta que debe estar en todas las antologías que se hagan...
Lo merecerá siempre...
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