DELIA DOMINGUEZ
(1931)
Como antes dijimos: una fiel representante del sur chileno, amiga de cada palmo de tierra, del viento, la lluvia, el sol, las aves, y todo cuanto conforma esta maravillosa geografía
Energía, ímpetu, para crear una gran poesía, perdurable en el y tiempo y el espacio.
Delia Dominguez merece algo más que el Premio Nacional, su calidad y su trayectoria lo ameritan.
Pero la justicia sólo es una palabra, sin valor alguno....
POEMA PRIMARIO
esta es la casa,
aquí la tienes con la puerta abierta
y los fogones encendidos.
Aquí vivo
conjurada por la noche del campo
y los mugidos de las vacas
que van a parir a la salida del invierno.
Entra en las piezas de sentimiento antiguo
con manzanas reinetas
y eneros claveteados en el piso.
Esta es la casa
para ser como somos,
para contar las velas de cumpleaños
y las otras también,
para colgar la ropa y la tristeza
que jamás entregaremos a la luz.
Este es el clima, niebla y borrasca,
sol partido entre los hielos,
pero encima de todo:
un evangelio duro,
una pasión sin vuelta,
una carta de agua para la eternidad.
Esta es la zona: Km. 14 Santa Amelia
virando hacia el oeste,
con todas las jugadas dela vida
y todas las jugadas de la muerte.
Esta es la casa raspada por los vientos
donde culebrean los inviernos
de pared a pared,
de hijo a hijo.
Cuando nos aliviábamos con ladrillos caldeados
para aprender las sagradas escrituras
que la profesora de la Escuela Catorce
sacaba de un armario
o de los dibujos un pañuelo.
Esta es la fibra fiel de la madera
donde calladamente me criaron
entre colonos y mujeres
que regresaron a su greda.
Aquí vivo con la puerta abierta
y este amor
que no sirve para canciones ni para libros,
con mi alianza sin ruido a Santa Amelia
donde puedes hallarme a toda hora
entre las herramientas y la tierra.
LA PÓLVORA, LOS AÑOS
la pólvora,
los años,
otros amores
borraron las pisadas de entonces,
y ya no somos
las cabezas doradas que sobre una cama
deslizaban sus primeras señales
para justificar un domingo de gloria.
Ya no somos
los ángeles que entraban y salían del paraíso
desnudos y orgullosos de sus cuerpos elásticos,
de los calzones de algodón.
Ya no.
No hay ángeles en esta tarde de invierno
cuando llueve sobre toda costa del Pacífico.
ACTOS NATURALES
Hoy piqué la tierra a laspeonías
y coseché arvejas enla huerta
mientras un niño
destapaba los canales del techo
atascados con las primeras lluvias.
Nada hay seco en los montes,
todo se esfuma
confundido con el humo de las fogatas lejanas
-también tus ojos que no pueden despejarse
porque estás muerta-
y en la despensa sigue goteando la pulpa
de membrillo
para el arrope del invierno.
3 comentarios:
Triste realidad: Delia Dominguez tiene una gran trayectoria y cuando fue candita al Premio Nacional -según
se supo- había dos voso para ella y dos votos para Zurita.Entonces la ministra de esa entonces tenia que decidir... No fue del agrado nuestra poeta... Días después se le preguntó a la ministra algo relacinado con la poesíay ellsa manifestÓ: "yo de poesía no entiendo nada".
>No hay derecho...
Maravillosa poesía de la tierra.
Qué aromas naturales se desprenden de su voz, qué texturas...el algodón,el arrope..
Gracias por publicar a esta grande, que merece el premio nacional, sin duda alguna.
Juany Rojas
Preciosa la palabra de Delia... sólo tengo un libro de ella: Huevos Revueltos, la he leído también es SAFO, y aquí, en el generoso espacio de Diego me pude empapar de su hermosa esencia poética y de mujer.
Gracias por el momento.
Amanda Espejo
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