MARÍA URZÚA
(1916 - 1993)
No se le puede reprochar nada: sus versos no acusan influjos directos de nadie, carente de epítetos que suelen nublar la poesía. Ella comulgaba con la poesía verdadera, esto es, limpia de hojarascas,
clara, sutil, vital, vocablos en el lugar preciso, sin caer jamás en la frase barata y sin gracia.
María Urzúa debe ser considerada una de las grandes poetas chilenas. Y no ser desterrada como hasta ahora de toda antología.
LLAMADO DE LA MATERIA
fragmento
II
Y las cosas se envuelven en su propio volumen,
su color y su aire, su rumor y su luz.
Se aíslan y penetran en su propio destino,
desde el borde hacia el centro.
Huyen hacia su sangre.
Se sumergen en lenta lluvia de soledad.
Pero su lluvia cae, funde, persiste en mi simiente,
y su canto y su sangre
en mi sangre y mi canto.
La vida de las cosas se vuelca hacia mi vida,
y respiro con ellas. Germino y permanezco.
Brillan dentro de mí. Alimentan mi llama
y me dan su existencia.
Y fluyen los aromas de la tierra.
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