ALBERTINA MANSILLA
(1939)
Cuando se ha tenido -en sueños- un largo desfile de imágenes tortuosas y pareciera
que las visiones se quedan en la mente como agudas piedrecillas, entonces la lluvia
-joven y dulce- muestra matices verdaderos... y los pasos continúan su incierto caminar...
Albertina Mansilla es una poeta que va mostrando en cada verso su tranquila manera de
enfrentar las cosas. No busca parecerse a nadie, su andar es parejo, cristalino, dulce, y es
amiga de buscar y volcar en poesía lo mejor de su carácter...
Vale.
SUEÑO
Ciudad luminosa
estelar, ciudad esférica lunar.
Ciudad flotante, alba de plata,
brillante de oropel.
Era yo una elegida,
una habitante planetaria.
La vida era tan bella
allá arriba,
tan claro el firmamento,
y tan gris y opaco abajo:
se veían tan pequeños
los habitantes del planeta
que lloré por ellos.
Yo, arriba, la elegida,
y ustedes abajo castigados por el tiempo.
Con angustia los observo,
y dejo escapar
un grito desgarrador...
Despierto -de pronto-
y el cielo y la tierra otra vez están juntos.
Salgo a la calle,
la lluvia resbala acariciadora
por mi rostro,
respiro y lloro largamente...
Aún es bueno el mundo -pienso-
y me voy por calles, charcas, ríos,
lagos y montañas,
paisajes sin fin
hasta perderme en la nada.
LARGOS INVIERNOS
He pasado largos inviernos
esperando ansiosa
que salgas del letargo.
Recuerdas el fulgor
de tus mejillas.
En el umbral abrazaste
para siempre una quimera.
Reíste tanto aquellos días
que las lágrimas
mordían tu garganta.
Es la hora
caballero de mis sueños;
deja libres tus anhelos.
Que callada
el agua cristalina
moje los cristales
que inventamos.
Y encendamos la pasión
por tantos años reprimida.
Como el ave fénix,
entre antorchas volaremos...
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