MARUJA TORRES
(1930 - 2003)
Poeta de enorme caudal lírico que en vida no obtuvo de los jueces come-barro el reconocimiento
a su gran quehacer poético. Estos poemas nos recuerdan su maravillosa esencia espiritual-
Hay tanta entrega en cada palabra y una pena tan propia y profunda de los grandes poetas...
No debe llenarse de polvo cada uno de sus verbos: es una poesía de excelencia y aunque la
sepulten bajo escombros, igual un día resurgirá fresca, joven y luminosa, porque la poesía
no envejece, nunca...
ESTA NOCHE
Esta noche la lluvia toca por vez primera
un rostro tan amado y perdido en la sombra.
No, no es posible que la lluvia
deshaga esa sonrisa.
No es posible que destruya ese ámbito leve
que contiene tu nombre.
¿Dónde está el bosque encendido de bellotas?
¿Dónde tu mano
y el corazón batiendo su apasionado tambor?
Hay un silencio agudo
que destroza mi alma hasta morir.
Un salvaje sonido de sales penetrando en mis huesos
y este torrente atroz del "nunca más", ahora,
¡sin cansancio, sin tiempo, sin ti!
¡nombrándote siempre!
Y mis palabras resuenan en la lluvia
con esta transparencia terrible,
en esta ausencia.
Esta es la muerte. Lo sé.
Pero la lluvia dice amor inútilmente,
porque el amor ya no es aquel sonido tierno
como un pórtico que se abre
hacia la primavera.
Es esta voz que dice amor
mientras la lluvia inventa pasos
y formas y vuelos increíbles.
Caen los nombres frágiles del amor
como flechas perdidas.Todos los nombres del amor
y aquellas flores tan azules,
aquel traje amarillo de un verano,
la piel pegada a los dedos
como castañas recién nacidas en la lumbre.
Ahora sólo queda aquel sonido tuyo
que va disperso por el mundo,
el cual sigo ciegamente.
Esos tus pasos perdidos en las calles,
en el viento, en la arena
de alguna playa que nunva vi contigo
pero que supo de mi nombre.
Porque tú siempre me nombraste,
tú siempre me guardabas como un silencio
que sólo a ti pertenecía.
Tú atesoraste mi nombre
para decirlo a veces cerca del agua
cuando nadie sabía que me nombrabas...
cuando nadie sabe nada...
porque nadie sabe nada de nada.
Y porque el mundo es algo muy extraño,
por eso, ahora, en esta esta lluvia, te digo que la muerte
no es sino el hilo perdido de la vida,
el hilo de tus días y de tus noches,
y de tu sangre que latió al unísono con mi sangre;
el hilo que guardo aquí en mi mano
y que no soltaré nunca,
porque este amor es una historia demasiado bella
para ser olvidada.
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