ELIZABETH GONZÁLEZ ALTAMIRANO
(1955)
Elizabeth González Altamirano ha encontrado la brújula y llegará al puerto deseado, esto es, a reunirse con sus pares en el gran bosque de la Poesía. Hay un interés creciente, constante, por hacer de su vida un camino pleno de resonancias y entornos de veras grato y memorable.
Esperamos una madurez espléndida que la conduzca al sitial soñado.
LLUVIA NOCTURNA
Golpeas en mi ventana
en medio de las doce de un reloj sombrío:
abro un ojo, alucinada
escucho, disfruto tu canción primera
A lo lejos el mar
recibe tus helados rasguños.
Las gaviotas,
acurrucadas en el muelle,
elevan sus graznidos.
Eres lluvia
desmayándose en
sueños
y recuerdos.
No puedo olvidar tu sabor a intemperie
ni tu ruido quedo entre tinieblas.
No dejo de ser tu lámpara
cada noche que te anuncias.
LLUVIA MAÑANERA
Llovía esa mañana,
los transeúntes dormían sueños pasados
en la esquina donde el viento
nubla los sentidos
y la niebla adormece los dedos.
Caminé sin entender el mensaje:
volví a releer
esas cuatro líneas apuradas
escritas en azul...
Dice que se va...
¿dónde dejará descansar esos huesos
que imaginé míos...?
Vuelve a descartarme la mirada
en el capullo que nunca floreció...
Apuro mis pasos,
la lluvia arrecia sobre mi cabeza:
sus dedos húmedos
enfrían mis enfados.
Me detengo...
Otra vez mis ojos en la nota
en un regreso al pasado...
Serena,
decido regresar a la dignidad
y dejo la misiva al viento...
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