MARÍA SILVA OSSA
(1918 – 2007)
A veces la lluvia luce vestimentas oscuras y algún presagio entre los finos
dedos de agua dulce. Su bailoteo no siempre parece alegre.
Y el temor es un trompo que ella hace girar en las palmas de la noche. Pareciera
que alguien enlutado atraviesa las sombras...
María Silva Ossa, exquisita poeta, ha dejado una extensa y valiosa obra poética.
¿Qué dirán los “eruditos” de su poesía?
LLUVIA
Llueve, suena el agua
inexorable.
Yo le ruego,
ella sorda.
Caladura de la muerte,
risa eterna de la nada...
Barco muerto que desliza
su ataúd entre las algas.
La escucho palpitante
y azorada.
Tiembla mi alma
como fruto desgajado.
Se desliza por mi oído
y llega donde nadie
sino tú te cobijabas.
Busca mi cuerpo en sombras
el calor de tu garganta,
y me hallo sola, con la muerte
de la lluvia en las entrañas.
PAISAJE INTERIOR
Vivo la casa con sus flores de vino.
En el suspenso del mantel
yerguen las lechugas
sus verdes llamas.
Los niños de mis venas
juegan en las alfombras
y sus risas encienden los rincones.
En la jaula de su oreja
la ventana escucha su monólogo,
y el viento mezcla lunas
al enjambre de sus árboles.
Bajo la carpa de la lluvia
se adormece la plaza
con una rosa en los cabellos.
Apresura la escalera
su eterna huida,
y las sombras borran
lentamente la conciencia.
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